Para nadie es un secreto que la micro-tendencia se está apoderando de los mercados inmobiliarios en las grandes ciudades del mundo, y Panamá no es la excepción. Por diferentes razones, la sobrepoblación, una de ellas, los espacios pequeños están siendo el must have de los desarrolladores inmobiliarios, sin embargo, los comodities como una distribución flexible, contar con un coworking y estar ubicados en un área cool deben balancear significativamente esta reducción de metrajes.
Los grandes conglomerados con condominios de pequeño espacio no son nuevos. En el viejo conteniente es una “tendencia” que lleva siglos. En USA, New York es la ciudad estandarte de micro apartamentos con rentas más “accesibles”. Y no olvidemos mencionar Tokio, con una las densidades poblacionales más altas del mundo, donde existen viviendas desde los 8 m2.
Encontrar viviendas de más de 60 m2 es un lujo que no todos se pueden dar, si quisieran vivir en el centro, de lo contrario toca optar por las afueras, donde el transporte, los embotellamientos y las largas distancias, con el paso del tiempo resultan agotadores y desgastantes. De ahí que muchos expertos coincidan en que “las grandes ciudades expulsan a sus habitantes”. Veamos algunos ejemplos.
En América Latina, urbes como Sao Paulo, Buenos Aires, Bogotá o Ciudad de México, la gente puede gastar fácilmente tres horas al día en viajar desde su casa al trabajo. Muchos podrían decir: Panamá no tiene ni cerca la cantidad de habitantes de alguna de estas ciudades ¡por supuesto que no!, pero señores seamos realistas, el tráfico en horas pico puede ser una pesadilla, especialmente para quienes viven en el oeste de la provincia y las soluciones a este tema no tienen un panorama claro, mucho menos planes que resuelvan a mediano plazo y la población claramente va en ascenso.
Sao Paulo cuenta con los mini apartamentos más pequeños de Latinoamérica: 10 m2 que cuestan cerca de US$18.000. ¿Qué encuentras en estos apartamentos? un mono ambiente con cocina-sala-baño y la lavandería compartida. ¿Quiénes están aplicando? Jóvenes estudiantes, o con su primer empleo, e inversores, que ven en ellos una oportunidad rentable.
Bogotá y Buenos Aires tampoco se quedan atrás. La primera, ya cuenta con ofertas en la Zona Rosa - la zona comercial más costosa de Latinoamérica – cuyas áreas oscilan entre 15 m2 (mínimo permitido por la ley) y 30 m2, que van desde los US$50.000. En la segunda, ya hay numerosos proyectos, especialmente en las zonas de Belgrano o Palermo, con proyectos de 18 m2 hasta los 30 m2, con un valor que parte en los US$40.000 ó US$50.000. Por su parte Ciudad de México, cuenta, en muchos casos, con remodelaciones de viviendas antiguas - más que proyectos nuevos - las cuales son divididas y rentadas por partes a partir de los 20 m2.
Así como hay arquitectos en contra, quienes piensan que estos aptos son “jaulas para personas”, hay quienes defienden acérrimamente la nueva tendencia, asegurando que el fenómeno responde a la manera en que funciona la "economía gig" o economía compartida, donde los jóvenes trabajan de forma independiente, tienen hijos más tarde, o quizás no tienen, y utilizan espacios comunes para socializar.
Independientemente de las opiniones encontradas, esta tendencia llegó para quedarse y se perfila como una solución más que una moda, que se adapta a una generación millenial - quizás mal catalogada - donde tener algo propio puede ser importante pero no es “la meta”, cuyos ingresos pueden fluctuar, sumado a una cierta inestabilidad laboral, la vida nómada resulta ser mucho más entretenida y vivir en casa de los padres para ahorrar lo más que puedan es clave, si desean emprender nuevos proyectos.
No obstante, para esta generación invertir puede ser más atractivo que vivir. Sin duda alguna tener un bien que a futuro se revalorice y garantice un lugar de retiro, después de darle la vuelta al mundo, es una idea que adquiere peso con el pasar de los años. Tal vez vaya siendo hora de echar un vistazo, comparar y sacar cuentas.
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